Tarea de parto y postparto
1.
¿A qué se llama parto?
2.
¿Cuántas fases comprende un parto?
3.
¿Cuánto dura en tiempo cada una de ellas?
4.
¿Qué es una episiotomía?
5.
¿Cuáles son los cuidados que debe tener una
mujer luego de una episiotomía?
6.
Investiga cuáles son los cuidados que debe tener
la mujer luego de una cesárea
7.
Investiga cuáles son los beneficios de la
lactancia natural
8.
¿Qué es la depresión postparto y cómo puede
evitarse?
EL PUERPERIO O
POST-PARTO
¿En qué consiste
el puerperio?
El puerperio o post-parto es el periodo después del
parto en el que el organismo recuperar la situación previa al embarazo;
comprende las seis semanas siguientes al parto. En este momento es muy importante
cuidarse y seguir una dieta sana; sobre todo si está dando el pecho a su hijo
necesita un aporte calórico correcto y con todos los nutrientes necesarios;
recuerde que no es el momento de hacer dietas estrictas. Durante el puerperio
(“la cuarentena”) va a tener pérdidas de sangre (loquios), que son las
diferentes secreciones uterinas que debe expulsar, pueden durar unos
30-40 días, durante los cuales irán cambiando de aspecto. Si en algún momento
cree que presentan muy mal olor póngase en contacto con su obstetra. Si ha
tenido un parto vaginal, a las pocas horas y asegurándose de que no se marea,
ya puede darse una ducha completa. Si le han practicado episiotomía la debe
lavar sin miedo con agua y jabón y luego secar bien la herida, no es imprescindible
ninguna otra medida. Se puede lavar el cabello tan pronto como lo desee. Si le
han practicado una cesárea deberá esperar un poco más a darse una ducha, hasta
que su médico le permita levantarse. Debe evitar los baños de inmersión y el
coito hasta finalizada la cuarentena.
¿Qué cambios se
producen durante el post-parto?
Si está dando el pecho, lo más probable es que no
tenga la regla hasta que no finalice la lactancia, pudiendo tardar un par de
meses en presentarla tras finalizar la misma; si se ha optado por la lactancia
artificial puede presentar la regla a los 30 o 40 días desde el parto. Los
músculos de la pelvis y el abdomen volverán poco a poco a su tono normal, a
veces dificultado por la sobredistensión y los desgarros musculares que se
pueden producir durante el embarazo y parto. Por ello debe realizar ejercicios
de rehabilitación abdominales y pélvicos para prevenir prolapsos y hernias;
pero no es adecuado iniciarlos demasiado pronto y siempre es mejor si tiene una
cierta orientación, que le pueden proporcionar en centros especializados.
También puede presentar en las primeras horas dificultad para la micción
espontánea, debido a la disminución del tono de la vejiga en partos muy
prolongados o instrumentados y a la anestesia peridural. Es importante en las
primeras horas obligarse a una micción frecuente pues un vaciamiento correcto
de la vejiga permite una mejor involución uterina. Más adelante puede presentar
cierta incontinencia de orina, debe procurar realizar ejercicios de
rehabilitación miccional (Ejercicios de Kegel) para prevenir las incontinencias
prolongadas y que se pueden agravar con el tiempo. Es habitual un cierto
estreñimiento tras el parto, debidos a
la falta de ingesta, a la disminución de la actividad física, a la presencia de
hemorroides o bien a la impresión causada por la episiotomía… Aproximadamente
en dos semanas se normalizarán el tono y la motilidad de sus intestinos,
intente seguir una dieta rica en frutas y fibra o incluso se puede ayudar de
laxantes suaves que no se absorban a nivel intestinal. Para las hemorroides
existen diferentes cremas que le mejorarán las molestias. Solicítelas a su
médico.
La lactancia
La mejor opción para la lactancia de su bebé es la
que usted decida. La lactancia artificial no es mala. La lactancia materna es
un buena opción si usted está convencida, le ilusiona y va a poder dedicarle el
tiempo necesario. Si ha optado por la lactancia artificial o por cualquier
motivo en su caso no está indicada la lactancia materna, se lo debe comunicar a
su ginecólogo para que le recete la medicación adecuada para suprimir la
“subida de la leche”. Si quiere intentar una lactancia materna es bueno que se
ponga al recién nacido al pecho cuanto antes, la succión es un estímulo
para la subida de la leche. Normalmente sucede entre el tercer y cuarto día
postparto. ¡No desespere!. Se acompaña de un aumento del volumen de las mamas,
de una cierta retención de líquidos y de un aumento normal de la temperatura,
que no dura más de 24 horas. La primera secreción del pecho es el calostro (los
cinco primeros días postparto) con un alto contenido en inmunoglobulinas
(“defensas”) que protegerán al recién nacido de las infecciones. Debe seguir
evitando fumar, las bebidas alcohólicas y cualquier medicamento que no le haya
sido indicado por su médico; casi todos pasan a través de la leche materna. En
alguna ocasión durante la lactancia materna puede presentar:
Grietas
en el pezón: Es aconsejable valorar la correcta posición del bebé cuando
mama, porque si no poco le van a ayudar la cremas preventivas.
Ingurgitación
(congestión) mamaria: Se produce cuando el pecho no se vacía por completo.
Puede aliviarse aplicando calor local, analgésicos y con un sujetador ajustado.
Mastitis: Se trata de una inflamación de la
mama, que se presenta enrojecida, caliente y dolorosa, en este caso avise a su
ginecólogo, sin interrumpir la lactancia.
¿Si doy el pecho
puedo quedarme de nuevo embarazada?
Durante la lactancia disminuye la fertilidad debido
a la falta de la ovulación y muchas mujeres se encuentran amenorreicas (sin
regla) pero no siempre está fuera de riesgo de volver a quedar embarazada, por
tanto debe tomar medidas y consultar con su ginecólogo respecto a cuál es
el método más adecuado en su caso.
¿Cuándo hay que
llamar al médico durante el post-parto?
Situaciones en que es aconsejable ponerse en
contacto con su médico durante el puerperio.
Fiebre de más de 38ºC.
Hemorragia importante.
Loquios malolientes.
Enrojecimiento, dolor exagerado en mamas o episiotomía.
Dolor o inflamación de una de las piernas.
Problemas para respirar.
Molestias urinarias.
Depresión
postparto
Entre un 30-80% de puérperas pueden presentar
depresión postparto. No suele ser grave. Los signos y síntomas más frecuentes
son: sentimiento de tristeza, llanto, cambios de humor, irritabilidad,
confusión y olvidos, cefalea, indiferencia hacia el niño, trastornos del
sueño, fatiga y ansiedad. Es una reacción general a una situación de estrés,
relacionada también con la caída brusca de los niveles hormonales tras el parto
que suele mejorar en pocos días. Es aconsejable que la mujer tenga el apoyo de
la pareja, familiar y ayuda doméstica, que cuide su aspecto e intente salir de
casa.
Es conveniente conocer este trastorno antes
del parto y comentarlo con la pareja, para obtener la. Cuando se habla de "depresión postparto" es común
pensar que se produce porque el embarazo no ha sido una situación deseada por
la mujer o porque el niño nace con algún tipo de malformación que afecta
negativamente a la flamante madre. Sin embargo, aunque estas situaciones
existen y pueden manifestarse a través de un cuadro depresivo, existen muchos
otros factores que pueden desencadenar una depresión con posterioridad al
alumbramiento. Socialmente es una situación psicológica poco comprendida, y
genera confusión aún en la propia persona que la padece, pues si todo ha salido
como se esperaba y el niño está en buen estado de salud, resulta extraño que
una madre no se sienta feliz por ésto, y que el cuadro patológico se pueda
extender desde un par de meses, o incluso por varios años.
El síntoma más común de la depresión postparto es
la sensación de tristeza que invade a la mujer, y que se acentúa en momentos
específicos del día como puede ser el atardecer, pero no es el único. También
podemos mencionar irritabilidad (en general hacia su pareja u otros hijos),
cansancio generalizado (más de lo normal que exige un niño recién nacido),
insomnio y otros trastornos del sueño, pérdida de apetito y modificación en los
patrones de conducta hacia la nutrición (es un riesgo cierto la posibilidad de
desarrollar anorexia o bulimia), incapacidad de gozar de las cosas buenas de la
vida (los amigos, el deporte, el sexo, etc.), desbordamiento (la excusa
perfecta son los múltiples reclamos de los bebés), ansiedad y trastornos
obsesivos (la salud del niño, su seguridad, etc.).
La depresión postparto se manifiesta según las
estadísticas en una de cada diez mujeres, y aunque se desconocen los motivos
exactos por los cuales se produce, en todos los casos estudiados se han
determinado algunos patrones repetitivos que ayudan a identificar algunas de
las circunstancias más comunes: historia previa de depresión, falta de apoyo
por parte de la pareja, bebés que nacen enfermos, que la embarazada haya perdido
a su propia madre cuando era pequeña, acumulación de acontecimientos adversos
(fallecimiento de seres queridos, pérdidas laborales, dificultades económicas,
etc.) que redundan en un cuadro profundo de estrés. También hay que reconocer
la importancia que juegan en estos procesos los niveles hormonales, aunque no
existen estudios certeros sobre la influencia hormonal en el desarrollo de una
depresión postparto.
Entre los tratamientos más recomendados se hallan
la combinación de terapia psicológica con medicamentos antidepresivos, que por
supuesto, deben ser indicados por un profesional.
¿Cómo prevenirla? Como medidas saludables para evitar la depresión postparto, los expertos recomiendan no sobreexigirse en las
tareas cotidianas durante el embarazo, evitar las mudanzas y otros cambios
drásticos en el período de gestación y hasta que el niño tenga más de seis
meses, relacionarse con otras mujeres y parejas que se hallen en la misma
situación, asistir a clases de preparto, entre otras medidas que ayudarán a
superar el difícil y maravilloso trance de ser madres.